lunes, 25 de octubre de 2010

CUMPLEAÑOS FELIZ, CUMPLEAÑOS FELIZ...


Te deseamos todos, cumpleaños feliz.

Hoy es el cumpleaños del blog. Aqui estaba yo escribiendo una entrada sobre las cinco mil visitas y he pensado aquello de ¿cinco mil visitas en cuanto tiempo?. La curiosidad me ha podido y he ido a investigar a las entradas antiguas...SORPRESA... el 25 de octubre del 2009 (que era domingo, claro) quedó oficialmente inaugurado este blog con una primera entrada de presentación.
Me he puesto a hacer calculos y estoy sorprendida. Las cuentas dicen que una media de casi 14 personas visitan el blog diariamente (dos de ellas somos Javi y yo, pero aún así quedan otras 12 visitas al día). Y nosotros/as pensando que esta movida de Jesús ya no se llevaba...¡¡que alegría!!.
En fin, que es un día de celebración en este blog. Tendremos que preparar una fiesta de cumpleaños. Os avisaremos del día y la hora.

domingo, 24 de octubre de 2010

YA HEMOS PASADO DE LAS 5000 VISITAS

Nuestro blog está de celebración. Hemos pasado de las cinco mil visitas, lo cual para un blog como este, de andar por casa...¡¡¡¡son muchísimas visitas!!!!.

Gracias a todas las personas que entráis por este pequeño txoko de las Celebraciones de la familia. Esperamos que el siguiente reto conseguido sea llegar a los 20 seguidores/as.

Pero por ahora y para celebrar estas cinco mil visitas (y en honor a la comentarista anónima a la que corroe la envidia) vamos a hacer un nuevo sorteo entre todas las personas que son seguidoras o que dejen comentarios en estos próximos quince días.

Por lo tanto: el lunes 8 de noviembre se celebrará un nuevo sorteo. El premio (estupendo, por supuesto, se desvelará con fotografía más adelante).

Gracias y felicidades blogueros y blogueras.

viernes, 22 de octubre de 2010

Cambios en el blog

Hola,

Como podéis ver hemos hecho cambios en el blog de las celebraciones (¡¡va por ti, Javi!!).

Algunos como la imagen de fondo y los colores son muy evidentes, pero otros como la posibilidad de incluir reacciones a las entradas, igual no os habéis fijado.

Por favor, marcar alguna reacción. El blog lleva casi 5000 visitas y sin embargo tenemos pocos comentarios. Vamos a intentar que sea algo vivo.

Gracias y esperamos que os guste.

Comentario de Pagola al Evangelio del domingo 24 de octubre de 2010


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
san Lucas (18,9-14)
LA POSTURA JUSTA
Según Lucas, Jesús dirige la parábola del fariseo y el publicano a algunos que presumen de ser justos ante Dios y desprecian a los demás. Los dos protagonistas que suben al templo a orar representan dos actitudes religiosas contrapuestas e irreconciliables. Pero, ¿cuál es la postura justa y acertada ante Dios? Ésta es la pregunta de fondo.
El fariseo es un observante escrupuloso de la ley y un practicante fiel de su religión. Se siente seguro en el templo. Ora de pie y con la cabeza erguida. Su oración es la más hermosa: una plegaria de alabanza y acción de gracias a Dios. Pero no le da gracias por su grandeza, su bondad o misericordia, sino por lo bueno y grande que es él mismo.
En seguida se observa algo falso en esta oración. Más que orar, este hombre se contempla a sí mismo. Se cuenta su propia historia llena de méritos. Necesita sentirse en regla ante Dios y exhibirse como superior a los demás.
Este hombre no sabe lo que es orar. No reconoce la grandeza misteriosa de Dios ni confiesa su propia pequeñez. Buscar a Dios para enumerar ante él nuestras buenas obras y despreciar a los demás es de imbéciles. Tras su aparente piedad se esconde una oración “atea”. Este hombre no necesita a Dios. No le pide nada. Se basta a sí mismo.
La oración del publicano es muy diferente. Sabe que su presencia en el templo es mal vista por todos. Su oficio de recaudador es odiado y despreciado. No se excusa. Reconoce que es pecador. Sus golpes de pecho y las pocas palabras que susurra lo dicen todo: «¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador».
Este hombre sabe que no puede vanagloriarse. No tiene nada que ofrecer a Dios, pero sí mucho que recibir de él: su perdón y su misericordia. En su oración hay autenticidad. Este hombre es pecador, pero está en el camino de la verdad.
El fariseo no se ha encontrado con Dios. Este recaudador, por el contrario, encuentra en seguida la postura correcta ante él: la actitud del que no tiene nada y lo necesita todo. No se detiene siquiera a confesar con detalle sus culpas. Se reconoce pecador. De esa conciencia brota su oración: «Ten compasión de este pecador».
Los dos suben al templo a orar, pero cada uno lleva en su corazón su imagen de Dios y su modo de relacionarse con él. El fariseo sigue enredado en una religión legalista: para él lo importante es estar en regla con Dios y ser más observante que nadie. El recaudador, por el contrario, se abre al Dios del Amor que predica Jesús: ha aprendido a vivir del perdón, sin vanagloriarse de nada y sin condenar a nadie.
Comentario sacado del blog: Odres Nuevos

Evangelio del domingo 24 de octubre de 2010


Lectura del santo evangelio según san Lucas (18,9-14):


En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.” El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.” Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»

DOMINGO 24 DE OCTUBRE 2010 DOMUND


Este domingo no vamos a tener eucarístia en Elorrieta, ya que nos sumáremos a la del colegio Madre de Dios.


La hora es la misma, las 11.30h. Esperemos que podamos ir todos y todas y pasarlo bien en la fiesta que habrá despues (con tombola y txozna para recaudar dinero para el Domund)..


¡¡¡ANIMAROS!!!!


jueves, 21 de octubre de 2010

Celebración del domingo 17 de octubre de 2010

El pásado domingo tuvimos una vez más celebración de la palabra. En esta ocasión la dirigió José y comenzó con un cuento en el que se nos hablaba de un pueblo. Es un cuento sacado del libro "la oración de la rana" de Anthony de Mello.

"El cura del pueblo era un santo varón al que acudía la gente cuando se veía en algún aprieto. Entonces él solía retirarse a un determinado lugar del bosque, donde recitaba una oración especial. Dios escuchaba siempre su oración, y el pueblo recibía la ayuda deseada.
Murió el cura, y la gente, cuando se veía en apuros, seguía acudiendo a su sucesor, el cual no era ningún santo, pero conocía el secreto del lugar concreto del bosque y la oración especial. Entonces iba allá y decía: “Señor, tú sabes que no soy un santo. Pero estoy seguro de que no vas a hacer que mi gente pague las consecuencias... De modo que escucha mi oración y ven en nuestra ayuda”. Y Dios escuchaba su oración, y el pueblo recibía la ayuda deseada.
También este segundo cura murió, y también la gente, cuando se veía en dificultades, seguía acudiendo a su sucesor, el cual conocía la oración especial, pero no el lugar del bosque. De manera que decía”«¿Qué más te da a tí, Señor, un lugar que otro? Escucha, pues, mi oración y ven en nuestra ayuda”. Y una vez más, Dios escuchaba su oración y el Pueblo recibía la ayuda deseada.
Pero también este cura murió, y la gente, cuando se veía con problemas, seguía acudiendo a su sucesor, el cual no conocía ni la oración especial ni el lugar del bosque. Y entonces decía:
“Señor, yo sé que no son las fórmulas lo que tú aprecias, sino el clamor del corazón angustiado. De modo que escucha mi oración y ven en nuestra ayuda”. Y también entonces escuchaba Dios su oración, y el pueblo recibía la ayuda deseada.
Después de que este otro cura hubiera muerto, la gente seguía acudiendo a su sucesor cuando le acuciaba la necesidad. Pero este nuevo cura era más aficionado al dinero que a la oración. De manera que solía limitarse a decirle a Dios: “¿Qué clase de Dios eres tú, que, aun siendo perfectamente capaz de resolver los problemas que tú mismo has originado, todavía te niegas a mover un dedo mientras no nos veas amedrentados, mendigando tu ayuda y suplicándote? ¡Está bien: puedes hacer con la gente lo que quieras!” Y, una vez más, Dios escuchaba su oración, y el Pueblo recibía la ayuda deseada."
Nieves leyó el Evangelio y Marta nos hizó una pequeña aproximación histórica, contándonos cual era la situación de las viudas en aquella época.
Salieron diferentes personas de la comunidad a leer lo que para ellos y ellas significa la oración y la fe.
Luego se leyó un texto que nos venía a decir que somos la viuda, la que tiene y debe de gritar en contra de las injusticias. Somos las personas que tenemos que trabajar por un mundo mejor, mas justo, mas igualitario.
Se siguió con la lectura de las oraciones de la cesta, rezamos el Padre Nuestro, nos dimos la paz y comulgamos en comunidad.
Se acabó con otra lectura.
Los cantos, preciosos por cierto, son en su mayoría nuevos. Se los pedíremos a Txema y pondrémos aunque sea las letras (si los encontramos en video en internet, también los pondrémos).
Abrazos

viernes, 15 de octubre de 2010

Comentario de Pagola al Evangelio del domingo 17 de octubre de 2010

17 de Octubre de 2010. 29 Tiempo ordinario (C). Lucas 18,1-8
"EL CLAMOR DE LOS QUE SUFREN

La parábola de la viuda y el juez sin escrúpulos es, como tantos otros, un relato abierto que puede suscitar en los oyentes diferentes resonancias.
Según Lucas, es una llamada a orar sin desanimarse, pero es también una invitación a confiar que Dios hará justicia a quienes le gritan día y noche. ¿Qué resonancia puede tener hoy en nosotros este relato dramático que nos recuerda a tantas víctimas abandonadas injustamente a su suerte?
En la tradición bíblica la viuda es símbolo por excelencia de la persona que vive sola y desamparada. Esta mujer no tiene marido ni hijos que la defiendan. No cuenta con apoyos ni recomendaciones. Sólo tiene adversarios que abusan de ella, y un juez sin religión ni conciencia al que no le importa el sufrimiento de nadie.Lo que pide la mujer no es un capricho. Sólo reclama justicia. Ésta es su protesta repetida con firmeza ante el juez: «Hazme justicia». Su petición es la de todos los oprimidos injustamente.
Un grito que está en la línea de lo que decía Jesús a los suyos: "Buscad el reino de Dios y su justicia".
Es cierto que Dios tiene la última palabra y hará justicia a quienes le gritan día y noche. Ésta es la esperanza que ha encendido en nosotros Cristo, resucitado por el Padre de una muerte injusta. Pero, mientras llega esa hora, el clamor de quienes viven gritando sin que nadie escuche su grito, no cesa. Para una gran mayoría de la humanidad la vida es una interminable noche de espera.
Las religiones predican salvación. El cristianismo proclama la victoria del Amor de Dios encarnado en Jesús crucificado. Mientras tanto, millones de seres humanos sólo experimentan la dureza de sus hermanos y el silencio de Dios. Y, muchas veces, somos los mismos creyentes quienes ocultamos su rostro de Padre velándolo con nuestro egoísmo religioso.
¿Por qué nuestra comunicación con Dios no nos hace escuchar por fin el clamor de los que sufren injustamente y nos gritan de mil formas: "Hacednos justicia"? Si, al orar, nos encontramos de verdad con Dios, ¿cómo no somos capaces de escuchar con más fuerza las exigencias de justicia que llegan hasta su corazón de Padre?
La parábola nos interpela a todos los creyentes. ¿Seguiremos alimentando nuestras devociones privadas olvidando a quienes viven sufriendo? ¿Continuaremos orando a Dios para ponerlo al servicio de nuestros intereses, sin que nos importen mucho las injusticias que hay en el mundo? ¿Y si orar fuese precisamente olvidarnos de nosotros y buscar con Dios un mundo más justo para todos?
José Antonio Pagola"

Evangelio del domingo 17 de octubre de 2010


Después Jesús les enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:
"En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres;
y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: 'Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario'.
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: 'Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'".
Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto.
Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?
Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?" (Lc 18,1-8)

viernes, 8 de octubre de 2010

Concurso del blog

Hola a toda la buena gente del blog:

Como sabéis, antes del verano hicimos un concurso entre todas las personas que sois seguidoras del blog. La ganadora fue Montsebi, pero nunca se ha presentado. La hemos buscado en las celebraciones, hemos escrito correos a su dirección y nada.

Esto es como los premios de la loteria. Ha caducado tras tres meses y hemos vuelto a efectuar el sorteo (como mi cámara está en proceso de reparación, no hay testimonio gráfico del evento) y la ganadora ha sido.........¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


REDOBLE DE TAMBORES



EXPECTACIÓN



INTRIGA


EVA


A esta si la tenemos localizada así que se le hará entrega del regalo en una de las celebraciones, siempre y cuando confirme mediante este blog que acepta el premio.

Besos y otra vez será para los y las menos afortunadas.

Comentario de Pagola al Evangelio del 10 de octubre de 2010

"CURACIÓN

El episodio es conocido. Jesús cura a diez leprosos enviándolos a los sacerdotes para que les autoricen a volver sanos a sus familias. El relato podía haber terminado aquí. Al evangelista, sin embargo, le interesa destacar la reacción de uno de ellos.

Una vez curados, los leprosos desaparecen de escena. Nada sabemos de ellos. Parece como si nada se hubiera producido en sus vidas. Sin embargo, uno de ellos «ve que está curado» y comprende que algo grande se le ha regalado: Dios está en el origen de aquella curación. Entusiasmado, vuelve «alabando a Dios a grandes gritos» y «dando gracias a Jesús».

Por lo general, los comentaristas interpretan su reacción en clave de agradecimiento: los nueve son unos desagradecidos; sólo el que ha vuelto sabe agradecer. Ciertamente es lo que parece sugerir el relato. Sin embargo, Jesús no habla de agradecimiento. Dice que el samaritano ha vuelto «para dar gloria a Dios». Y dar gloria a Dios es mucho más que decir gracias.

Dentro de la pequeña historia de cada persona, probada por enfermedades, dolencias y aflicciones, la curación es una experiencia privilegiada para dar gloria a Dios como Salvador de nuestro ser. Así dice una célebre fórmula de san Ireneo de Lion: "Lo que a Dios le da gloria es un hombre lleno de vida". Ese cuerpo curado del leproso es un cuerpo que canta la gloria de Dios.
Creemos saberlo todo sobre el funcionamiento de nuestro organismo, pero la curación de una grave enfermedad no deja de sorprendernos. Siempre es un "misterio" experimentar en nosotros cómo se recupera la vida, cómo se reafirman nuestras fuerzas y cómo crece nuestra confianza y nuestra libertad.

Pocas experiencias podremos vivir tan radicales y básicas como la sanación, para experimentar la victoria frente al mal y el triunfo de la vida sobre la amenaza de la muerte. Por eso, al curarnos, se nos ofrece la posibilidad de acoger de forma renovada a Dios que viene a nosotros como fundamento de nuestro ser y fuente de vida nueva.

La medicina moderna permite hoy a muchas personas vivir el proceso de curación con más frecuencia que en tiempos pasados. Hemos de agradecer a quienes nos curan, pero la sanación puede ser, además, ocasión y estímulo para iniciar una nueva relación con Dios. Podemos pasar de la indiferencia a la fe, del rechazo a la acogida, de la duda a la confianza, del temor al amor.
Esta acogida sana de Dios nos puede curar de miedos, vacíos y heridas que nos hacen daño. Nos puede enraizar en la vida de manera más saludable y liberada. Nos puede sanar integralmente.
José Antonio Pagola"

Evangelio del domingo 10 de octubre de 2010


Lucas 17, 11-19


Y sucedió que, de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre Samaría y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!» Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes.» Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?» Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado.»

viernes, 1 de octubre de 2010

COMENTARIO DE PAGOLA AL EVANGELIO DEL DOMINGO 3 DE OCTUBRE DE 2010

AUMÉNTANOS LA FE
De manera abrupta, los discípulos le hacen a Jesús una petición vital: «Auméntanos la fe». En otra ocasión le habían pedido: «Enséñanos a orar». A medida que Jesús les descubre el proyecto de Dios y la tarea que les quiere encomendar, los discípulos sienten que no les basta la fe que viven desde niños para responder a su llamada. Necesitan una fe más robusta y vigorosa.
Han pasado más de veinte siglos. A lo largo de la historia, los seguidores de Jesús han vivido años de fidelidad al Evangelio y horas oscuras de deslealtad. Tiempos de fe recia y también de crisis e incertidumbre. ¿No necesitamos pedir de nuevo al Señor que aumente nuestra fe?
Señor, auméntanos la fe. Enséñanos que la fe no consiste en creer algo sino en creer en ti, Hijo encarnado de Dios, para abrirnos a tu Espíritu, dejarnos alcanzar por tu Palabra, aprender a vivir con tu estilo de vida y seguir de cerca tus pasos. Sólo tú eres quien "inicia y consuma nuestra fe".
Auméntanos la fe. Danos una fe centrada en lo esencial, purificada de adherencias y añadidos postizos, que nos alejan del núcleo de tu Evangelio. Enséñanos a vivir en estos tiempos una fe, no fundada en apoyos externos, sino en tu presencia viva en nuestros corazones y en nuestras comunidades creyentes.
Auméntanos la fe. Haznos vivir una relación más vital contigo, sabiendo que tú, nuestro Maestro y Señor, eres lo primero, lo mejor, lo más valioso y atractivo que tenemos en la Iglesia. Danos una fe contagiosa que nos oriente hacia una fase nueva de cristianismo, más fiel a tu Espíritu y tu trayectoria.
Auméntanos la fe. Haznos vivir identificados con tu proyecto del reino de Dios, colaborando con realismo y convicción en hacer la vida más humana, como quiere el Padre. Ayúdanos a vivir humildemente nuestra fe con pasión por Dios y compasión por el ser humano.
Auméntanos la fe. Enséñanos a vivir convirtiéndonos a una vida más evangélica, sin resignarnos a un cristianismo rebajado donde la sal se va volviendo sosa y donde la Iglesia va perdiendo extrañamente su cualidad de fermento. Despierta entre nosotros la fe de los testigos y los profetas.
Auméntanos la fe. No nos dejes caer en un cristianismo sin cruz. Enséñanos a descubrir que la fe no consiste en creer en el Dios que nos conviene sino en aquel que fortalece nuestra responsabilidad y desarrolla nuestra capacidad de amar. Enséñanos a seguirte tomando nuestra cruz cada día.
Auméntanos la fe. Que te experimentemos resucitado en medio de nosotros renovando nuestras vidas y alentando nuestras comunidades.
José Antonio Pagola"

EVANGELIO DEL DOMINGO 3 DE OCTUBRE



Lucas 17,5-10


En aquel tiempo, 5 los apóstoles dijeron al Señor:

- Auméntanos la fe.
6 El Señor contestó:
- Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar", y os obedecería.
7 Suponed que un siervo vuestro trabaja como labrador o como pastor: Cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"? 8 ¿No le diréis: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo; y después comerás y beberás tú"? 9 ¿Tenéis que estar agradecidos al siervo porque ha hecho lo mandado? 10 Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer".

Eucaristia del domingo 26 de septiembre de 2010

Voy con un poco de retraso en esto de actualizar el blog, pero dicen que más vale tarde que nunca.

El pasado domingo tuvimos la segunda de las celebraciones de este curso 2010-2011. En esta ocasión contábamos con Javi y por lo tanto se celebró la Eucarístia.

Era el día de Cáritas y la lectura del Evangelio del domingo desde luego insistía en el tema de la pobreza y la riqueza. Nos hablaba de las puertas que están cerradas en nuestros corazones hacia las personas más necesitadas. Rubén, como miembro activo de Cáritas, nos hizo un esbozo de la situación actual de las personas más necesitadas, animándonos a abrir nuestros corazones ante los demás.

Y así quedó la cosa, con instrucciones para llevarnos a casa:"abrir nuestro corazón a los demás".